CAPÍTULO LV (fragmento)
El avistaje de ciervos se
realiza en salidas grupales de 20 personas, conducidas por guías profesionales
que las acompañan a avistaderos ubicados estratégicamente, donde se puede
apreciar la belleza del ciervo colorado y la flora y fauna típicas del monte
pampeano.
El bosque de caldén vibra con el
ruido de las cornamentas al chocar: luchan por la posesión del harén. Al llegar
al avistadero, ya es posible apreciar en el descampado a los machos, cada uno
con su grupo de hembras, que conviven con ellos en la época de procreación.
Giran en círculos y braman, irguiendo la cabeza y sacudiendo las cornamentas,
desafiándose.
La experiencia de avistaje es
única: ver a uno de estos machos con la cercanía que proporcionan los
binoculares produce una sensación inenarrable, ya que muchos de ellos son
ejemplares magníficos, de gran porte y cornamenta, y hermoso pelaje. Con
justicia, es llamado “el rey del monte pampeano”.
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