CAPÍTULO XXVI (fragmento)
A una veintena de cuadras de la Central de Policía, el señor S acompañaba a la pareja de italianos a una casa de cambios. Esa misma noche viajarían a Brasil. Al salir del comercio, caminaron cuatro cuadras y luego se detuvieron en la intersección de la avenida con calle Rivadavia, en la vereda opuesta al edificio de Olmos 91, para mirarlo de frente.
–Ese edificio de enfrente tiene una extensión de 32 metros, cinco pisos y una terraza de dos departamentos. Fue diseñado por dos arquitectos franceses en los años 20, con un estilo neoclásico. Quiero que crucen la calle conmigo para apreciar algo especial en su construcción.
Cruzaron la calle, torciéndose hacia la confitería de la esquina contigua al edificio.
– ¿Lo ven? Tiene apenas tres metros y 70 centímetros de ancho, que se angostan aún más hacia calle Rivadavia. Es una de las construcciones más angostas del mundo: en Nueva York hay una habitable que es más estrecha, pero en forma de torre, lisa, no un verdadero edificio como este.
No hay comentarios:
Publicar un comentario