martes, 5 de julio de 2022

El profesor Dasombrío se documenta antes de armar el perfil del señor S (2)

 CAPÍTULO IV (fragmento)


El motivo para matar era una parte fundamental del estudio y las controversias sobre el tema. Muchos especialistas sostenían que la literatura y el cine habían creado la imagen de asesinos seriales que querían transmitir un mensaje con sus crímenes y sostenían que eso no se correspondía con la realidad. Dasombrío discrepaba: si bien en la mayoría de los casos el motivo se reducía a la satisfacción de una necesidad del homicida, había otros donde sí aparecía la intención de transmitir una suerte de mensaje. Punteó casos célebres que se podían adscribir al primer tipo: el británico Dennis Nilsen, asesino de 15 hombres, quien mataba para obtener compañía; Jeffrey Dahmer, asesino de 17 hombres en Milwaukee, que, además de abusar de sus víctimas, las convertía en objetos de estudio y experimentación. Luego, casos del segundo tipo: Colin Ireland, culpable de cinco muertes, quien se consideraba un cruzado contra los gays y pensaba que darles muerte era una tarea purificadora; incluso, había usado un libro escrito por el especialista del FBI, Robert Ressler, como una suerte de guía para convertirse en un asesino serial. En ese caso, sin embargo, no se podía hablar de un mensaje: no había ninguna “trama textual” que le sirviera de soporte.

Portada del Daily Mirror referida a Dennis Nilsen (foto extraída de Infobae)

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