viernes, 23 de diciembre de 2022

El volcán Galeras aparece en La fragua

                                                                     CAPÍTULO XXXIX (fragmento)

EL RETORNO DE LA BELLA JARDINERA


Loringhoven disertaba frente a un grupo de alumnos cuando Dell´ Arthur, Caraballo y Raziru se asomaron por la puerta del aula. Aún quedaban 15 minutos de clase, así que los policías esperaron afuera. La nítida voz de la geóloga sonaba con un dejo de serena autoridad en el recinto.

–La vulcanología es una ciencia que suele involucrar peligro. Hay más de 1.500 vulcanólogos en el mundo y unos 30 cayeron en ejercicio en los últimos 20 años. En 1992, en el volcán colombiano Galeras, murieron nueve vulcanólogos. En 1991, las nubes piroclásticas del volcán Unzen en Japón mataron a 40 personas, entre ellas, una pareja de vulcanólogos. Sin embargo, los volcanes también generan vida. En cierta forma, todos somos producto del vulcanismo, hijos de la fragua de Vulcano. Las erupciones aportan minerales al suelo y ayudan a crear campos fértiles, aptos para el cultivo, ideales para producir café, azúcar, caucho, tabaco, té y cacao. Una erupción que deposite menos de 20 centímetros de ceniza es un regalo del cielo, porque está llena de nutrientes fertilizantes. Aunque la geología que nos fascina también puede causar muchas muertes, a largo plazo el proceso global detrás de catástrofes naturales, como terremotos y erupciones, está vinculado al constante reciclaje de la corteza terrestre, que produce el planeta exuberante y habitable que nos alberga. Los volcanes liberan azufre en la atmósfera, gas que produce un efecto contrario al de invernadero: tiende a enfriar el planeta. Se estima que la erupción del Pinatubo en 1991 redujo la temperatura terrestre 0,2 grados centígrados durante dos años, lo que equivale al calentamiento global provocado por el efecto invernadero durante una década. 


Imagen de archivo histórico del Galeras.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Plinio El Joven aparece en La fragua

 CAPÍTULO XXXVIII (fragmento)

–Recién les nombré a Plinio El Viejo. Él no era solo un militar y un hombre de acción, sino también un estudioso, un erudito latino. Era tío y padre adoptivo de Plinio El Joven, quien a su vez es el autor de dos cartas dirigidas al historiador romano Publio Tácito en las que relata las circunstancias de la muerte de su tío en el segundo día de la erupción, al sur de la Bahía de Nápoles. Se cree que Plinio El Joven había permanecido al norte de la bahía y por eso sobrevivió. A esas dos cartas, redactadas a partir de testigos de la muerte de su tío y de sus propias observaciones, se las considera como el documento vulcanológico más antiguo que se conoce: describen una gran nube de gas y cenizas, en forma de pino, que al principio de la erupción se elevó varios kilómetros. Quizás oyeron hablar alguna vez de las nubes plinianas; ahora saben el porqué de ese nombre. 

Prosiguió su relato hasta que llegaron al edificio donde vivía. Se saludaron y acordaron encontrarse al día siguiente.

Mientras conducía de regreso a la Central, la cabeza de Caraballo trabajaba febrilmente. Su inteligencia ajedrecística le permitía apreciar la situación con la frialdad de un estratega. Aunque podía comprender la postura de Víctor, prevalecía su inclinación a sacar ventaja de la situación. Máximo captó rápidamente las posibilidades que la geóloga abría: sin necesidad de cuestionar ante el resto del grupo el desempeño de Dasombrío, su aparición daba la oportunidad de reconducir la investigación detrás de las pistas que eventualmente se generaran a partir de la información que ella aportaba.



jueves, 8 de diciembre de 2022

Plinio El Viejo aparece en La fragua

 Capítulo XXXVIII (fragmento)


–Imagine que somos alumnos suyos y relátenos la historia de la erupción del Vesubio –pidió Víctor.

–Creí que descansaríamos en este trayecto.

–No quiero que nos hable del Jardín de los Fugitivos, sino que haga un relato histórico de la erupción, para conocer el contexto. Nunca se sabe, quizá haya algo de utilidad.

–De acuerdo –dijo Loringhoven, complacida de poder hablar en esos términos. Como si estuviera ante sus alumnos, comenzó–: la erupción del Vesubio que sepultó la ciudad de Pompeya fue presenciada por Plinio El Viejo, que dirigía las tripulaciones de la flota romana. Él también fue víctima de las emanaciones del volcán cuando intentaba socorrer a la ciudad. Pompeya quedó olvidada por generaciones. A fines del siglo XVI, se encontraron sus ruinas. Todas las fotos que puedan ver no le hacen justicia: es impresionante caminar por esas calles y calzadas de adoquines, donde todavía se ven las rodadas de los carruajes, edificaciones en pie y docenas de cuerpos humanos y animales domésticos petrificados por las cenizas volcánicas. 

Escuchándola, Víctor recordó las sensaciones que experimentaba cuando hablaba el profesor. Máximo también, pero se dijo que sin duda la prefería a ella. 

La geóloga notó la concentración de las miradas masculinas. Estaba habituada a concitar la atención de los hombres y se sentía muy segura de su atractivo físico, excepto por un detalle, que procuraba ocultar con su cabello: el lóbulo de su oreja izquierda le parecía desproporcionadamente grande. Esperando que ninguno lo notara, se ajustó los lentes sobre el puente de la nariz y prosiguió.



viernes, 2 de diciembre de 2022

El tránsito de Venus frente al Sol en La fragua

CAPÍTULO LV (fragmento)

 Había varios párrafos dedicados a destacar que, en el año 2012, el despertar del Ojos del Salado había coincidido con el tránsito de Venus entre la Tierra y el Sol. Corostic alardeaba de sus conocimientos, anotando que el tránsito precedente había tenido lugar en 2004, 122 años después del anterior en 1882. “Por eso, en el 2004 no había ninguna persona viva que hubiera presenciado un tránsito antes, como no habrá ninguna en el tránsito siguiente, que se producirá en el año 2117”.  


Un avión pasa delante del Sol y se acerca a la sombra de Venus sobre la superficie de la estrella (foto original de ESA).



Analía Bonifay y el autor, con los ejemplares que intercambiaron

  Foto tomada en el encuentro de Narrativa en Biblioteca Córdoba, viernes 27/9/2024.